Antiguamente el Mirador separaba lo que es la calle en la que está situado (la cual estaba formada por piedra) del barranco por una especie de poyete donde la gente se sentaba a tomar el sol y contemplar las vistas de Granada. Dicho muro llegaba desde la plaza hasta casi el ayuntamiento, recorriendo prácticamente entera la calle Pretiles. Este carecía de protección y medidas de seguridad por lo que se procuraba que los más pequeños no se acercarán al mismo sólos.
Años después la calle se asfaltó y al poyete se le puso una especie de losa para una mayor decoración del mismo, así como una baranda para una mayor seguridad de los ciudadanos.
En la actualidad y desde hace unos cuatro o cinco años aproximadamente el mirador se remodeló por completo, se tomó parte del barranco sobre el que está ubicado, se quitó el poyete y se hizo una especie de terraza como se puede apreciar en la fotografía, colocándo sobre la misma bancos para un mayor uso y disfrute por parte de la gente
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